Delfino Ramón Mencia es un artesano con más de tres décadas de trayectoria, reconocido por transformar piedras semipreciosas en piezas únicas de bijouterie. Desde Monte Quemado, construyó un camino independiente que le permitió no solo sostener a su familia, sino también llevar su arte a distintos puntos del país y del mundo. En esta entrevista con Diario Monte Quemado (DMQ), nos comparte su historia, técnicas, sueños y reflexiones sobre el oficio artesanal en Santiago del Estero.

HISTORIA Y ORIGEN
DMQ: ¿Cómo te iniciaste en el mundo de la artesanía?
Mencia: Trabajaba en fábricas metalúrgicas y luego en el rubro alimenticio, donde el sueldo se redujo a una cuarta parte. Me ofrecieron un trabajo con horario libre, artesanal. Sin dudarlo, fui un sábado a primera hora, trabajé hasta las 15 y el lunes siguiente renuncié a mi otro empleo. Desde ese momento, no paré.
DMQ: ¿Quién o qué te inspiró a convertirte en artesano?
Mencia: Ser independiente, poder sostener la educación de mis hijos y el bienestar de mi familia.
DMQ: ¿Hace cuántos años que te dedicás a esto?
Mencia: Llevo 37 años en la artesanía, con una pausa de 5 años que dediqué al trabajo en el campo, un año antes de la pandemia.
DMQ: ¿Qué significa para vos ser artesano en Monte Quemado?
Mencia: Es demostrarle a la gente que se puede ser independiente. Con dedicación y constancia, los objetivos se logran.

SOBRE SU TRABAJO Y TÉCNICAS
DMQ: ¿Qué tipo de artesanías realizás?
Mencia: Me dedico a la bijouterie en metal y piedras argentinas, especialmente la Rodocrosita, también conocida como Rosa del Inca. Busco la mejor piedra, la corto y decido qué tipo de pieza hacer: aro, anillo, dije o pulsera.
DMQ: ¿Qué materiales utilizás y de dónde los conseguís?
Mencia: Uso piedras, metales como alpaca, plata o acero quirúrgico, que hoy es más económico. El metal lo consigo en Buenos Aires, y las piedras, en Catamarca, Salta y San Luis.
DMQ: ¿Usás técnicas tradicionales o incorporás estilos modernos?
Mencia: Acá en Santiago no encontré a alguien que trabaje piedras como yo. La técnica es mixta: manual y con maquinaria. Se da forma con amoladora de banco, piedra esmeril y luego un lijado fino para el brillo final.
DMQ: ¿Qué parte del proceso disfrutás más?
Mencia: Crear. Dar forma. Incluso cuando algo se rompe en el proceso, disfruto reinventarlo para que quede bien.

INSPIRACIÓN Y SIGNIFICADO
DMQ: ¿De dónde viene la inspiración para tus creaciones?
Mencia: De la observación. Así como un peluquero sabe a quién le falta un corte, yo veo los accesorios de las personas y eso me inspira nuevas ideas.
DMQ: ¿Hay alguna historia o significado detrás de tus piezas?
Mencia: Muchas. Hay quienes me buscan por recomendación, y otros que usan mis piezas como amuletos. La Rodocrosita, según la gemoterapia, ayuda a combatir el cáncer. Varios clientes me contaron que los ayudó a atravesar momentos muy duros.
DMQ: ¿Qué rol tiene la cultura santiagueña en tus trabajos?
Mencia: No acompaña directamente mi labor, pero la valoro mucho. Admiro profundamente a las teleras, los curtidores, los machimbreros y nuestras comidas típicas.

SOBRE SU EMPRENDIMIENTO
DMQ: ¿Cómo comercializás tus productos? ¿Tenés redes o vas a ferias?
Mencia: Trabajo mayormente por mayor, en puntos turísticos de todo el país. Muchas veces viajo, otras vendo por redes sociales. Tengo clientes habituales que me piden cosas a su gusto. Participo en ferias locales, de pueblos vecinos y en Santiago Capital, donde ya llevo 22 años yendo (con una pausa de cinco años).
DMQ: ¿Es difícil vivir de la artesanía en esta región?
Mencia: No. Si se le dedica tiempo y compromiso, y se lo toma en serio, se puede. Siempre me acompañó una frase: “Sé de dónde vengo y a dónde quiero llegar”.
DMQ: ¿Recibís apoyo institucional o trabajás de forma independiente?
Mencia: Una sola vez recibí ayuda del Estado. Siempre fui independiente.
DMQ: ¿Qué opinás del interés de la gente por los productos artesanales?
Mencia: Varía. Hay quienes valoran lo hecho a mano, y quienes creen que por hacerlo uno mismo tiene menos valor. Pero un trabajo artesanal no es caro: no está hecho en serie. Eso lo hace único.

PROYECCIÓN Y FUTURO
DMQ: ¿Qué sueños tenés con tu emprendimiento artesanal?
Mencia: Casi todos se cumplieron. Mis hijos estudiaron, se recibieron, tienen una buena calidad de vida. Solo me falta uno: enseñar lo que hago. Quiero dar clases, pero mis proyectos a nivel municipal y provincial nunca prosperaron. El que se interesó, no quiso pagar, y eso no me parece justo. Si alguien quiere aprender, alguien debe valorar ese conocimiento.
DMQ: ¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que quieren iniciarse en la artesanía?
Mencia: Que se puede ser independiente, generar ingresos sin depender de nadie. Pero hay que ser constante, responsable, exigente con uno mismo. Uno es su propio jefe, su peón, su patrón y su esclavo. Pero sobre todo: es libre.
DMQ: ¿Te gustaría que tu arte trascienda fuera de Santiago del Estero?
Mencia: Ese era mi sueño, y se cumplió. Mis trabajos llegaron desde el norte hasta el sur del país, y también a España, México, Perú, Chile y Brasil. Estoy más que conforme.
Delfino Ramón Mencia es un claro ejemplo de cómo la pasión, la constancia y el compromiso pueden transformar una vocación en un proyecto de vida. Su historia no solo refleja el valor del trabajo artesanal, sino también la importancia de creer en uno mismo y en el poder de crear con las propias manos. Desde Monte Quemado hacia el mundo, su legado sigue creciendo, con la esperanza de que nuevas generaciones tomen la posta y mantengan viva una tradición que se forja con dedicación, esfuerzo y libertad.

